Biografía
Aki Ollikainen ha estudiado política social en la Universidad de Jyväskylä y es fotógrafo de formación. Anteriormente trabajó como editor y, entre otras cosas, en un taller metalúrgico, una biblioteca y una oficina de correos. Su primera novela, Hambre blanca, recibió el Premio Literario Helsingin Sanomat a la mejor novela debut de 2012 y fue finalista del Premio Internacional Man Booker en 2016. Ollikainen vive en Lohja con su mujer y sus dos hijos. Aki y su esposa Milla forman el seudónimo A.M. Ollikainen y han publicado conjuntamente dos novelas policíacas // En Ahlback Agency.
Entrevista
Después de solo dos libros publicados, me resulta muy difícil situarme en la tradición literaria finlandesa. Hace diez años envié mi primer manuscrito de una novela a una editorial. Me contestaron que había hecho un buen trabajo imitando a mis obvios escritores favoritos. Lo siguiente que debía hacer era encontrar mi propia voz, me dijeron. Así que, desde entonces, he intentado encontrar mi propia forma de escribir, y creo que encontré mi voz cuando escribía Whiter Hunger. Así que no quiero pensar tanto en las corrientes literarias actuales, sino mejorar mi propia voz literaria // En Words Wihtout Borders.
Otra vez sopa
En 1980, 850 millones de desnutridos eran el 21 por ciento de la población. En 1990, 840 millones era el 16 por ciento de las personas. En 1995 la cantidad de hambrientos llegó a su mínimo histórico: siempre según la FAO eran 790 millones, el 14 por ciento de la población mundial. Los organismos internacionales rebosaban de optimismo y anunciaban que la batalla contra el hambre estaba terminando. Nos importaba esa batalla porque se había creado la fantasía de que el conjunto del mundo se preocupaba por el conjunto del mundo: las Naciones Unidas fueron muy útiles para armar este relato // Por Martín Caparrós en Hambre (2014).
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below