Biografía
Nacido en Trieste (Italia) en 1939, el escritor y ensayista Claudio Magris se graduó como germanista en la universidad de su ciudad natal en 1962. A lo largo de su carrera, sus estudios han contribuido a difundir en su país el conocimiento de la cultura centroeuropea con publicaciones de factura mixta entre lo narrativo, lo ensayístico y la literatura de viajes, entre las que destacan: Conjeturas sobre un sable (1984), El Danubio (1986), Otro mar (1991), Microcosmos (1997), ganadora del Premio Strega, y A ciegas (2005). Como ensayista, se ha interesado por la obra de, entre otros, E.T.A. Hoffmann, Hermann Hesse y Jorge Luis Borges // En Círculo de Bellas Artes de Madrid, España.
Breve historia del mito
Es un error considerar los mitos una forma inferior de pensamiento que puede dejarse de lado cuando los seres humanos alcanzan la madurez. La mitología no es un precedente de la historia, ni afirma que sus relatos sean hechos objetivos. El mito es inventado, como las novelas, las óperas o los ballets; es un juego que transforma nuestro mundo, fragmentado y trágico, y nos ayuda a atisbar nuevas posibilidades
preguntándonos "¿y si…?", una pregunta que también ha engendrado algunos de nuestros descubrimientos más importantes en filosofía, ciencia y tecnología // Por Karen Armstrong (Breve historia del mito).
Los mitos griegos y nosotros
Uno de los rasgos más característicos de lo que hemos dado en llamar “cultura occidental” es la asombrosa persistencia de un puñado de mitos griegos durante cerca de treinta siglos como matrices de inspiración. Prometeo, Antígona, Edipo, Odiseo/Ulises, Ifigenia, Medea, Teseo, los Argonautas y tantos otros expresan ideas y emociones acerca de las cuestiones más fundamentales de la existencia humana que siguen conmoviendo a los espíritus reflexivos. No hay ningún otro conjunto de mitos que haya resistido de tal manera el paso de los siglos // Por Joan Solé (Los mitos griegos y nosotros).
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below