Biografía
David Toscana nació en Monterrey, en 1961. Ha publicado Estación Tula, Santa María del Circo, Lontananza, Duelo por Miguel Pruneda, El último lector, El ejército iluminado, Los puentes de Königsberg, La ciudad que el diablo se llevó, Evangelia, Olegaroy y El peso de vivir en la tierra. Formó parte del International Writers Program de la Universidad de Iowa y del Berliner Künstlerprogramm. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores. Su novela El peso de vivir en la tierra recibió el premio Mazatlán y el premio Bienal Vargas Llosa 2023. Después de abandonar Monterrey en 2009, ha radicado en Varsovia, Comillas, Lisboa, Tarifa y Madrid // En Festival Hispanoamericano de Escritores.
Entrevista
"La literatura es la esencia de la memoria, no de un solo hombre, sino una memoria de la humanidad, una estafeta de experiencias, sensaciones, sensibilidades que se va pasando de lector en lector. Y esto no lo recibimos como meros espectadores, sino que forma parte de nuestra vida. Los lectores de clásicos nos sentimos más que millonarios por haber recibido tan cuantiosa herencia. La buena literatura es la más sabrosa conversación que podemos tener con el pasado, y a veces con el presente. Y el escritor que acepta el reto de esta tradición, busca perpetuar su voz en el tiempo" // En Confabulario.
De citas, emulación y plagio
En sus consejos para escritores, Longino recomendaba imitar a los grandes. Agregaba que “tal imitación no es un plagio”. Emular a Homero no era plagiarlo, sino que “cuando estemos trabajando en un pasaje que exija sublimidad en la expresión y grandeza en los pensamientos, nos representemos en nuestras almas cómo hubiera dicho eso mismo Homero”. Hoy no vemos con buenos ojos esa emulación o imitación. Escribir como Rulfo o García Márquez se notaría como falta de originalidad, como defecto cercano al plagio. ¿Defecto por admiración? Dijo Piglia que el plagio es la forma más ingenua de admiración literaria, y qué bueno que dije “dijo Piglia” porque así me evito que se me acuse de plagio por mencionar una idea bien sabida // Por David Toscana en Letras Libres.
Escritores, censores y lectores rusos
Yo calculé una vez que, dentro de la narrativa y la poesía rusas, la suma de lo reconocidamente superior que se ha escrito desde comienzos del siglo pasado equivale a unas veintitrés mil páginas de letra impresa normal. Es evidente que ni la literatura francesa ni la inglesa arrojan un conjunto tan compacto. Se extienden sobre muchos más siglos; el número de obras maestras es impresionante (...) Un solo siglo, el siglo XIX, bastó para que un país que prácticamente carecía de tradición literaria propia crease una literatura que en valor artístico, en el alcance de su influencia, en todo salvo en volumen, es equiparable a la gloriosa producción de Inglaterra o de Francia, aunque en estos países la creación de obras maestras permanentes se hubiera iniciado mucho antes // Por Vladimir Nabokov.
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below