Biografía
E. L. Doctorow, figura destacada de las letras estadounidenses contemporáneas cuyas populares novelas, admiradas por la crítica y galardonadas con numerosos premios —entre ellas Ragtime, Billy Bathgate y La marcha—, situaban a personajes de ficción en contextos históricos reconocibles, entre figuras históricas identificables y a menudo dentro de formas narrativas poco convencionales, falleció a los 84 años. Autor de una docena de novelas, tres volúmenes de ficción corta y una obra teatral, así como de ensayos y comentarios sobre literatura y política, Doctorow fue ampliamente elogiado por la originalidad, versatilidad y audacia de su imaginación // En The New York Times.
Entrevista
“El libro físico es lo que me atrae. Un libro físico es una gran tecnología si lo piensas. Una vez producido, no consume energía y, si se cuida bien, dura para siempre. Es un logro tecnológico considerable. Los técnicos hablan de interactividad, pero leer es la experiencia más interactiva que se pueda imaginar. Un libro no está completo hasta que se lee. La mente del lector fluye por las frases como por un circuito: las ilumina y les da vida. Es algo extraordinario. No me gustan los libros electrónicos. Supongo que podría considerarse un punto de vista que tiene que ver con mi edad. El problema con la tecnología es que una vez que aparece, todo el mundo cree que la necesita. No es cierto en este caso” // en The Guardian.
Entrevista
“Todas las novelas son sobre el pasado, incluso las que dicen que no lo son. Yo nunca he aceptado la idea de que soy un novelista histórico, porque es una idea muy ingenua del tiempo. Hay una idea que encuentro interesante: la teoría eternalista del tiempo. O sea, que todo pasa simultáneamente en el universo. La idea de que el tiempo fluye es una mala metáfora. Un río sí fluye de un sitio a otro, pero ¿el tiempo? ¿De sí mismo hasta sí mismo? Yo creo que he descubierto un período de tiempo que es interesante para mí, del mismo modo que Faulkner, por ejemplo, descubrió un lugar, el condado de Yoknapatawpha, la primera década del siglo XX” // En Tiro de Letra.
La realidad real de la ficción
Si el escritor estadunidense E.L. Doctorow hubiera vivido al menos una década más, de seguro habría logrado descifrar la historia de los siglos XIX y XX de Estados Unidos. Ya iba bastante avanzado en esa tarea: con Homer and Langley había llegado ya a los años ochenta, y la primera de sus novelas, Welcome to Hard Times, se ubica en el Lejano Oeste. En medio están The Waterworks y Billy Bathgate, que abarcan del inicio del siglo XX al final de la Gran Depresión. No hay que olvidar, por supuesto, The March, que aborda uno de los más caóticos y deplorables momentos de la Guerra de Secesión // En Milenio.
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below