300 palabras sobre El amigo, de Sigrid Nunez
Se guardaron una lealtad tenaz, que no se halla en el matrimonio ni en el lecho de los amantes, y no hubo entre ellos complicaciones insuperables. Incluso, una única vez, arriesgaron su vínculo teniendo sexo. Su relación no siempre fue comprendida por los demás y ahora tampoco entendían que viviera su duelo como lo haría la más inconsolable de las esposas, que en el caso de él fueron tres: de la primera fue amiga; la segunda le profesó un odio abierto y a la tercera le resultó indiferente…, hasta que pensó en ella para delegarle una herencia que le era imposible asumir en su viudez: un viejo gran danés arlequín aquejado de artritis. Ella, menos podía responsabilizarse de ese majestuoso animal, empezando porque vivía en un apartamento minúsculo. Pero, si desde que había sabido de su muerte, se encontraba en algún sitio sin saber cómo llegó allí y sus estudiantes se le quedaban viendo fijo porque, al parecer, había dicho algo sin sentido, qué más daba ahondar su triste desconcierto con la adopción de un gigante. “¿Es este el meollo de la locura? ¿Creo que si me porto bien con él, si actúo desinteresadamente y me sacrifico por él, creo que si quiero a Apollo (…) me despertaré una mañana y encontraré que él no está y a ti en su lugar, de regreso de la tierra de los muertos?”, se cuestionaba en medio de su extravío. Si en su momento los otros no descifraron su lazo con él, igual de extraño les resultaba su trato con Apollo, a quien le leía en voz alta. El amigo (2019), de Sigrid Nunez, es una novela sobre la asunción de la pérdida y acerca de quienes comparten sus vidas regidos por la que acaso sea la más severa de las leyes afectivas.
