300 palabras sobre Nos vemos allá arriba, de Pierre Lemaitre
Nos vemos allá arriba (2013), de Pierre Lemaitre. Faltan apenas días para que concluya la Primera Guerra Mundial, cuando un teniente se empeña en una inútil carga contra una trinchera alemana. Albert Maillard, en medio del estruendo de esa postrera acción, descubre qué sucedió con dos soldados que habían sido enviados como exploradores y terminaron muertos por el despropósito de su superior, así que el teniente aprovecha la confusión general para lanzarlo al fondo de un hoyo dejado por un obus y eliminar al testigo. No es muy profundo, pero Albert resbala una y otra vez en las paredes de barro hasta que otra explosión lo sepulta vivo. Al fin, es rescatado por Edouard, pero con tan mala suerte que cuando ambos están ya recostados y exánimes, una metralla le da en plena cara a este: le abre un boquete, lo deja sin nariz, sin mandíbula, sin lengua…, aunque no lo mata. Una amistad forjada en tan extraordinarias circunstancias por supuesto que será a toda prueba y Albert hace todo para mantener a salvo a Edouard, desde robar la morfina que le alivia el dolor hasta secundarlo en una estrafalaria estafa a toda Francia con los monumentos conmemorativos de la victoria en la Gran Guerra. Mientras, el teniente ha salido de la contienda hecho capitán, se casa con la hija de uno de los hombres más ricos del país y asciende en la escala social con los típicos negocios de las posguerras, como las ventas fraudulentas del material bélico sobrante. Nos vemos allá arriba, primera de la trilogía que completan Los colores del incendio (2018) y El espejo de nuestras penas (2020), es un repaso de la ambición, la amistad, el poder y la justicia poética, tanto como un recordatorio de que el arrepentimiento suele llegar tarde a sus citas.
