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Foto del escritorFrancisco Vallenilla

Una gota del mar Oates

300 palabras sobre Bestias, de Joyce Carol Oates


 


 

Joyce Carol Oates es una escritora estadounidense de 83 años y publica novelas a menudo, muchas de ellas de largo aliento (más de 500 páginas). De modo que Bestias, de una centena de páginas, es una pequeñísima muestra de esta prolífica autora. A mediados de los setenta del pasado siglo, en un college de Nueva Inglaterra, una estudiante universitaria, Gillian, vive en secreto su enamoramiento del profesor con que cursa un taller de poesía: André Harrow, liberal, manifestante contra la guerra en Vietnam, discípulo de D.H. Lawrence y pareja de una escultora, Dorcas. Gillian, como otras de sus compañeras de estudio, termina en el campo gravitacional de la pareja, que la utiliza para algo más que sus faenas sexuales y domésticas. La clave está en Lawrence, por excelencia el poeta del erotismo, quien postulaba no avergonzarse del propio cuerpo, amar con libertad y denunciar la doble moral de la sociedad. Dorcas, en algún momento, citando a Lawrence, afirma que “todos somos bestias y ese es nuestro consuelo”. Desde Heráclito, está dicho que el ser humano encarna la contradicción, es cielo e infierno, y es esa dualidad lo que garantiza que siempre haya cambio. Es una idea que sigue a Anaxágoras (o lo anticipa, difícil saberlo con estos presocráticos, como advierte Juan Arnau en su Historia de la imaginación): el individuo reúne en sí todo cuanto hay en el mundo, la locura y la cordura, pero en diversas proporciones y lo que define la identidad son esas cantidades. En Bestias, Harrow y Dorcas no están dispuestos a vivir con la contradicción entre sus anhelos más profundos y los límites que impone la convivencia con los otros: asumen, sin ningún cargo de conciencia, que la vida no tiene sentido si no se satisfacen plenamente los deseos animales que cada uno lleva dentro.


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